Tres sugerencias para potenciar la carrera de un auditor.

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Como experto en examinación y revisión, mi enfoque es garantizar la precisión y la integridad en los procesos y operaciones de una organización. A través de la identificación de áreas de mejora y la evaluación de riesgos, trabajo para fortalecer los controles internos y promover el cumplimiento normativo. Mi habilidad para establecer relaciones efectivas con los clientes y comprender a fondo su negocio me permite proporcionar recomendaciones valiosas para optimizar sus operaciones. Siempre mantengo la independencia y la objetividad en mi trabajo, priorizando la calidad y la excelencia en cada proyecto.

Uno de los retos que encaran los nuevos expertos que se desenvuelven como examinadores es la forma de ampliar su experiencia y progresar en su trayectoria. Existen diversas estrategias para lograr que el alcance de estos propósitos sea favorable y satisfactorio. Entre ellas se incluyen las siguientes:

Fomentar vínculos con los clientes

Las tareas de revisión involucran interacciones entre individuos, no es algo que se realice de manera aislada. En el desarrollo del trabajo se deben programar encuentros previos a la revisión, llevar a cabo entrevistas y exponer los descubrimientos cruciales de la revisión a la dirección ejecutiva, entre otros momentos de contacto personal con la alta gerencia. La habilidad de un examinador para establecer relaciones efectivas con los clientes determinará en gran medida su éxito futuro. Es fundamental mantener una comunicación profesional, amigable y empática con el cliente.

Al abordar la labor en una área específica de una empresa es crucial tener la iniciativa de presentarse antes de que comience la labor. Esto puede acontecer ya sea en las instalaciones del cliente o mediante una charla informal vía telefónica o videoconferencia.

Esta aproximación facilita también la exposición de deficiencias relevantes de la revisión durante las conversaciones sobre informes. Aunque estas discusiones puedan resultar desafiantes, los clientes habitualmente reconocen su importancia, en parte debido a que ya se ha construido la relación. Por supuesto, los examinadores deben mantener su independencia y su aptitud para evaluar de manera objetiva los procesos y controles. No obstante, preservar la independencia y la objetividad no impide la formación de relaciones en toda la organización.

Convertirse en un conocedor del negocio del cliente

Aunque en un principio al abordar una labor, la mayoría de los examinadores cuentan con un entendimiento limitado del negocio, esto no debe mantenerse a largo plazo. Los examinadores deben comprender los productos o servicios que ofrece su compañía. Formular preguntas adecuadas es esencial, pero se requiere saber qué preguntar y a quién preguntar, además de llevar a cabo investigaciones propias.

Esto es especialmente cierto en empresas de tecnología o de artículos especializados. Los productos de la compañía suelen ser complejos y si bien los examinadores poseen un conocimiento implícito de las finanzas y la contabilidad de estas empresas, siempre resultará necesario contar con un conocimiento general. Sin duda, no se necesita adquirir un conocimiento técnico profundo de los productos de la compañía, pero es importante demostrar competencias básicas para interactuar adecuadamente con la organización. Puede ser una buena idea solicitar una visita a la línea de producción y comunicarse con el equipo de investigación y desarrollo, o ponerse en contacto con el personal de ventas para obtener más información acerca de los productos o servicios. Este conocimiento valioso de la compañía puede ayudar a los examinadores a conectar sus observaciones con los riesgos.

Hallar un consejero o mentor

La mentoría puede resultar una herramienta poderosa para el crecimiento profesional. Un buen profesional en sus inicios que encuentre un mentor adecuado puede elevar su visibilidad dentro de la empresa o la industria. El mentor puede auxiliar al examinador a visualizar una trayectoria profesional a largo plazo y brindar respaldo táctico en el recorrido. Si el examinador en sus comienzos contempla la posibilidad de trasladarse a un ámbito distinto de la organización, un mentor de esa área puede ayudar a determinar si un cambio tendría sentido y, de ser así, aconsejar sobre cómo alcanzar ese objetivo. Colaborar con un mentor dentro del ámbito de revisión también puede aportar un considerable beneficio, ya que puede respaldar el desarrollo profesional y proporcionar consejos sobre cómo navegar por las áreas menos definidas del trabajo.

En algunas grandes empresas existen programas bien establecidos de mentoría para nuevos profesionales, que procuran vincular a los candidatos con un profesional más experimentado. Los nuevos examinadores deben aprovechar esta valiosa fuente de apoyo. Si no existe tal programa, los examinadores pueden utilizar su red profesional para buscar consejeros por su cuenta. En esta búsqueda, es importante considerar que el mentor ofrezca una perspectiva diversa y brinde una sólida orientación profesional.

Cualquier profesión puede ser dinámica y enriquecedora, pero los logros destacados y la calidad, así como el aprovechamiento de la experiencia, dependen en gran medida del esfuerzo que los profesionales dediquen. Los primeros pasos en la vida profesional de la revisión requieren atención y sientan las bases para las oportunidades que seguirán. Es fundamental aprovechar las posibilidades disponibles.

Ecovis Honduras

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