La ética juega un papel fundamental en todas las profesiones, pero quizás en ninguna es tan crucial como en la auditoría interna. Los profesionales de esta disciplina tienen la responsabilidad de garantizar la integridad, la transparencia y la objetividad en las prácticas empresariales. Por lo tanto, es imperativo que exista una normativa de ética clara y rigurosa que guíe el comportamiento de los auditores internos en su labor diaria.
Licenciada en Contaduría Pública Violeta Gricel Reyes Posadas
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Integridad
La integridad es el principio fundamental en el cual se sustenta toda la normativa de ética para los auditores internos. Este principio implica la honestidad, la imparcialidad y la sinceridad en todas las acciones y decisiones tomadas por los profesionales de auditoría interna. Los auditores deben mantener altos estándares de integridad en todas las etapas de su trabajo, desde la planificación hasta la comunicación de los resultados de la auditoría.
Objetividad
La objetividad es otro principio esencial en la práctica de la auditoría interna. Los auditores deben mantener una mente abierta y libre de prejuicios al evaluar la información y los hallazgos durante una auditoría. Esto implica evitar conflictos de interés, influencias externas o sesgos personales que puedan comprometer la imparcialidad de los resultados de la auditoría. La objetividad garantiza que las conclusiones y recomendaciones de los auditores sean justas, imparciales y basadas únicamente en evidencia verificable.
Competencia y Profesionalidad
Los auditores internos deben poseer el conocimiento, las habilidades y la experiencia necesarias para llevar a cabo sus funciones de manera competente. Esto incluye mantenerse actualizados sobre las normativas, regulaciones y mejores prácticas en el campo de la auditoría interna, así como participar en actividades de desarrollo profesional continuo. La profesionalidad también implica actuar con diligencia, responsabilidad y respeto hacia todas las partes interesadas involucradas en el proceso de auditoría.
Confidencialidad
La confidencialidad es un principio crucial en la auditoría interna debido a la naturaleza sensible de la información a la que los auditores tienen acceso. Los profesionales de auditoría interna deben respetar y proteger la confidencialidad de la información obtenida durante el curso de su trabajo. Esto implica no divulgar información confidencial a personas no autorizadas y tomar medidas adecuadas para salvaguardar los datos sensibles contra el acceso no autorizado o la divulgación no autorizada.
Responsabilidad
Los auditores internos son responsables de actuar en interés de la organización y sus partes interesadas. Esto implica asumir la responsabilidad de sus acciones y decisiones, así como rendir cuentas por los resultados de sus auditorías. Los auditores deben cumplir con los estándares éticos y profesionales más altos en todo momento, incluso cuando enfrentan presiones externas o situaciones difíciles. La responsabilidad también implica reconocer y corregir errores o malentendidos que puedan surgir durante el proceso de auditoría.
Cumplimiento Normativo
Los auditores internos deben cumplir con todas las leyes, regulaciones y normativas aplicables en el ejercicio de sus funciones. Esto incluye el cumplimiento de los estándares éticos y profesionales establecidos por organizaciones y asociaciones relevantes, como el Instituto de Auditores Internos (IIA, por sus siglas en inglés). Los auditores deben tener un profundo conocimiento de las leyes y regulaciones que afectan a la organización que están auditando y asegurarse de que sus actividades estén en plena conformidad con los requisitos legales y éticos.
En conclusión, la normativa de ética para los profesionales de auditoría interna establece los principios fundamentales y las pautas clave que guían el comportamiento y las decisiones de los auditores en su trabajo diario. La integridad, la objetividad, la competencia, la confidencialidad, la responsabilidad y el cumplimiento normativo son los pilares sobre los cuales se construye esta normativa. Al adherirse a estos principios, los auditores internos pueden desempeñar un papel vital en el fortalecimiento de la gobernanza corporativa, la gestión del riesgo y el cumplimiento dentro de las organizaciones.