En el ámbito de la auditoría, es común encontrarnos con equipos de profesionales que abarcan diferentes generaciones. Desde los practicantes más jóvenes, como centennials o millennials, hasta los directivos de mayor experiencia y edad, cada grupo aporta perspectivas y enfoques únicos al trabajo de auditoría. Sin embargo, en esta diversidad generacional, a veces surgen prejuicios hacia los auditores más jóvenes por parte de sus colegas más experimentados. Estos estereotipos suelen ser erróneos y, en realidad, los auditores jóvenes desempeñan un papel fundamental en el éxito futuro de una firma de auditoría. En este artículo, exploraremos algunas consideraciones importantes al trabajar con diferentes generaciones en equipos de auditores.
Compromiso con la misión y visión
Uno de los aspectos más notables de los profesionales jóvenes, incluidos los auditores, es su compromiso con la misión y visión de la empresa. Mientras que los directivos y el personal más experimentado a menudo se centran principalmente en la rentabilidad financiera, las nuevas generaciones tienen una visión más amplia. Creen que las empresas deben tener éxito no solo en términos financieros, sino también en términos sociales y ambientales. Esto significa que los auditores jóvenes se comprometen más fácilmente con los valores de la firma y están dispuestos a contribuir activamente a la consecución de estos objetivos.
Promoción y avance
Los auditores jóvenes son apasionados y están dispuestos a trabajar arduamente, pero también son realistas en cuanto a sus expectativas profesionales. Valorarán la permanencia en sus empleos si tienen oportunidades claras de desarrollo profesional y reconocimiento adecuado por su trabajo. Además, son directos en cuanto a sus metas y buscarán respuestas claras y honestas sobre cómo lograrlas. Esto significa que las firmas de auditoría deben proporcionar un camino claro para el crecimiento y la promoción, y reconocer el esfuerzo y el talento de los auditores jóvenes.
Participación en las decisiones
Los auditores jóvenes necesitan un espacio donde puedan demostrar sus habilidades y crecer profesionalmente. A veces, los auditores más experimentados pueden desear que los jóvenes se ajusten a su forma de trabajar, pero el empoderamiento real requiere delegación e independencia. Los auditores jóvenes tienen un estilo de aprendizaje diferente y no necesitan que todas sus decisiones sean revisadas. En su lugar, es esencial invertir en su formación técnica y en habilidades blandas, como la comunicación, el trabajo en equipo y el liderazgo, para que puedan contribuir de manera significativa al equipo.
Desafíos y creatividad
Los auditores jóvenes a menudo son innovadores y creativos. No disfrutan de la rutina ni de hacer el mismo trabajo constantemente. Buscan una carrera que los desafíe y les permita desarrollar su potencial. Algunas empresas limitan la interacción de los jóvenes auditores con los clientes al principio de sus carreras, lo que impide que comprendan profundamente el negocio de los clientes y su importancia en el éxito de la auditoría. Es crucial estimular el contacto con el cliente y fomentar la visión de la auditoría como asesoramiento o consultoría, no solo como una tarea de cumplimiento. Esto permitirá a los auditores jóvenes aplicar su creatividad y conocimientos de manera efectiva.
En conclusión, los auditores jóvenes aportan vitalidad, entusiasmo y creatividad a los equipos de trabajo. Son hábiles con la tecnología, aprenden rápidamente y se adaptan con facilidad a los cambios. A pesar de las diferencias generacionales, la interacción con auditores más experimentados es enriquecedora, ya que todos pueden aprender unos de otros. Fomentar un ambiente de trabajo donde se valore la diversidad generacional y se aproveche el potencial de cada miembro del equipo es esencial para el éxito continuo de las firmas de auditoría.