La actual crisis sanitaria ha generado diversos obstáculos para una amplia gama de organizaciones. No obstante, ha motivado a individuos a explorar novedosas formas de laborar, especialmente mediante la innovación tecnológica. Ha surgido un enfoque híbrido que combina actividades presenciales y remotas, un modelo que parece sostenerse más allá de la pandemia. Por tanto, líderes empresariales y encargados de equipos de auditoría deben ajustar sus tácticas para ejecutar tareas, interactuar con interesados, aplicar soluciones tecnológicas, estimular el crecimiento del personal y fomentar una cultura positiva.
En la sociedad actual, se han manifestado tanto fortalezas como debilidades en varios aspectos, como economía, geopolítica y medio ambiente. Para el campo de la auditoría, esta coyuntura ha sido una oportunidad sobresaliente para demostrar su habilidad de adaptación en momentos de crisis. La destreza de los profesionales para enfrentar los retos generados por el trabajo remoto es prueba de la agilidad y versatilidad de la auditoría. La integración tecnológica ha desempeñado un papel esencial en este proceso, reflejada en el empleo creciente de drones y software en la nube, así como en la optimización de procesos de auditoría mediante la tecnología.
Hace menos de dos años, en los primeros meses de 2020, empleados alrededor del mundo tuvieron que trasladar sus labores a sus hogares, llevando consigo computadoras y documentos. Muchos preveían un retorno a la normalidad en semanas o meses. Paralelamente, las organizaciones se esforzaron por dotar a sus empleados de los medios necesarios para trabajar remotamente, estableciendo protocolos de tecnología y diseñando estrategias para un entorno empresarial en gran medida virtual.
En el ámbito de la auditoría, fue crucial ajustar los planes anuales o periódicos, redefinir o posponer visitas en sitio y reimaginar métodos de trabajo. En la actualidad, la “nueva normalidad” abarca procedimientos actualizados y adaptados, respaldados por tecnologías innovadoras que se adecuan a un mercado cambiante. El trabajo remoto ha trascendido como una solución temporal y se ha convertido en una realidad duradera.
Aunque los auditores ya tenían experiencia en trabajo a distancia, la transición a un entorno híbrido o remoto demandó flexibilidad y creatividad para reemplazar los encuentros tradicionales cara a cara. Equipos de auditoría encontraron nuevas formas de acceder a información y experimentar con métodos de aseguramiento, mientras exploraban medios significativos de interacción interna y relaciones con interesados. Ahora, el reto radica en capitalizar las enseñanzas obtenidas en meses recientes para fortalecer y respaldar a la fuerza laboral híbrida en el futuro.
Modificar procesos puede conllevar una supervisión adicional para evitar pérdida de información. Por ejemplo, en auditorías virtuales, la planificación resulta crucial para evitar puntos ciegos. Para este fin, se realizan sesiones de planificación que incluyen recorridos detallados de los lugares de almacenamiento. Anticipar problemas potenciales antes del conteo real minimiza confusiones durante la observación.
Para navegar con éxito en la auditoría remota, es esencial considerar lo siguiente:
- Establecer relaciones sólidas con interesados clave.
- Mantener inversión en tecnología para respaldar el trabajo virtual.
- Fomentar el desarrollo de equipos y una cultura positiva en un entorno remoto.
- Adaptabilidad ante procesos modificados y circunstancias cambiantes.
La auditoría remota ofrece ventajas como ahorro de tiempo y recursos. Algunos auditores colaboran con clientes para modificar procesos y garantizar el cumplimiento normativo en entornos remotos, generando soluciones innovadoras.
Dado que las consecuencias de la pandemia seguirán afectando diversos aspectos, los auditores deben aceptar el cambio con una mentalidad adaptable. Esto implica fortalecer habilidades técnicas y de comunicación, mientras mantienen la agilidad para enfrentar riesgos cambiantes y cumplir objetivos.