Este artículo se centra en la fase inicial crucial de una auditoría: la planeación. Durante esta etapa, los auditores establecen relaciones con la entidad sujeta a revisión, definen los objetivos y el alcance del proceso y realizan una revisión preliminar de las tareas a realizar. Se destaca la importancia de la estrategia en la auditoría y se presentan dos elementos clave: la estrategia de auditoría, que se basa en la comprensión del negocio del cliente y sus riesgos, y la estrategia de servicio al cliente, que busca mejorar la percepción del valor de los servicios de auditoría.
La fase inicial de la auditoría se denomina “Planeación”. Durante esta etapa, se establecen las relaciones entre los auditores y la entidad bajo revisión, con el propósito de definir el alcance y los objetivos del proceso. Además, se lleva a cabo una revisión preliminar de las tareas que serán realizadas.
El término “Planeación” implica la creación de una estrategia global y un enfoque detallado que determina la naturaleza, el momento y la amplitud prevista de la auditoría. El objetivo principal del auditor es planear y ejecutar la auditoría de manera eficaz y oportuna.
La Estrategia del Servicio de Auditoría comprende dos elementos fundamentales:
- Estrategia de Auditoría: Durante esta fase, delineamos la dirección de la auditoría tomando como punto de partida nuestra comprensión del negocio del cliente y los riesgos que este conlleva.
- Estrategia de Servicio al Cliente: Ajustamos la manera en que proporcionamos nuestros servicios de auditoría con el objetivo de realzar la percepción del valor que el cliente obtiene de ellos.
Para realizar este procedimiento, procedemos siguiendo estos pasos:
- Evaluación de Riesgos: Comenzamos nuestra labor evaluando los riesgos generales que implican la auditoría del cliente.
- Aplicación del Conocimiento: Hacemos uso de nuestra comprensión del negocio y nuestra percepción de los riesgos comerciales del cliente.
- Establecimiento de Enfoque: Definimos de manera general cómo abordaremos la auditoría, centrándonos en la concentración de nuestros esfuerzos y los recursos requeridos.
El encargado de la auditoría, en su rol de liderazgo, tiene la responsabilidad de formular la estrategia, si bien este procedimiento se lleva a cabo de manera colaborativa con la participación del gerente, el auditor principal y, en caso necesario y pertinente, especialistas adicionales. Es de suma importancia que los socios continúen desempeñando un papel central en la elaboración de la estrategia, ya que esto conlleva múltiples ventajas, como se mencionan a continuación:
- Asegurar una opinión de auditoría precisa al centrarse en los riesgos comerciales y de auditoría desde el principio.
- Lograr un enfoque de auditoría más focalizado y, por lo tanto, más eficiente.
- Mejorar las relaciones con los clientes, lo que ayuda a retener a los clientes actuales y adquirir nuevos proyectos.
- Generar oportunidades para satisfacer las necesidades de los clientes con servicios adicionales o acceso a expertos.
- Hacer que el trabajo sea más interesante para todos los miembros del equipo.
Evitemos errores como suponer que nada ha cambiado desde el año anterior o no identificar las implicaciones financieras de los riesgos comerciales que enfrenta el cliente.
En resumen, una planificación adecuada en la auditoría conlleva numerosos beneficios, como garantizar la atención adecuada a áreas críticas, identificar posibles problemas y llevar a cabo el trabajo de manera eficiente. También facilita la asignación adecuada de tareas a los colaboradores y la coordinación con otros auditores y expertos. El grado de planificación varía según el tamaño de la entidad, la complejidad de la auditoría, la experiencia del auditor y su comprensión del negocio.
La adquisición de conocimiento sobre el negocio es esencial en la planificación del trabajo, ya que ayuda a identificar eventos, transacciones y prácticas que pueden afectar significativamente los estados financieros.
El auditor puede considerar discutir elementos del plan general de auditoría y ciertos procedimientos con el comité de auditoría, la administración y el personal de la entidad para mejorar la eficacia y eficiencia de la auditoría y coordinarla con el trabajo de los empleados de la entidad. Sin embargo, el plan general de auditoría y el programa de auditoría siguen siendo responsabilidad del auditor.
En conclusión, la fase de planeación en una auditoría es esencial para el éxito del proceso. La estrategia cuidadosamente diseñada, la evaluación de riesgos y la colaboración efectiva entre el equipo de auditoría son fundamentales para lograr una opinión de auditoría precisa y eficiente. Esta fase también ofrece oportunidades para mejorar la relación con el cliente y proporcionar servicios adicionales.