La importancia de la materialidad se destaca en el ámbito de la auditoría financiera, ya que juega un papel crucial al servir como umbral que los auditores emplean para determinar si discrepancias o errores en los informes financieros de una entidad poseen la relevancia suficiente como para influir en las decisiones de quienes los utilizan. No obstante, definir la materialidad puede plantear desafíos y está sujeta a diversos errores habituales. En este artículo, exploraremos algunos de estos equívocos y proporcionaremos ejemplos con el fin de ofrecer recomendaciones para que los auditores puedan sortearlos.
Empleo de un enfoque uniforme para todas las situaciones
Uno de los errores frecuentes cometidos por los auditores consiste en adoptar un enfoque “universal” al establecer la materialidad. Por ejemplo, un auditor podría decidir aplicar un porcentaje fijo, como el 1% del total de activos de una empresa, para determinar la materialidad, independientemente de la industria, tamaño de la entidad o su naturaleza.
Medida para evitarlo: Es crucial que la materialidad se defina de manera personalizada para cada auditoría, considerando aspectos tales como la industria, la estructura financiera, el tamaño de la empresa y el nivel de riesgo. Por ejemplo, una empresa en crecimiento que esté atrayendo inversionistas podría requerir un umbral de materialidad más bajo debido a la importancia de las cifras exactas en las decisiones de inversión.
Pasar por alto la relevancia cualitativa de la materialidad
Supongamos que una compañía incurre en una pequeña infracción de las normativas laborales, resultando en una multa de magnitud no considerable desde un punto de vista cuantitativo. Ignorar este incidente constituiría un error, dado que podría acarrear implicaciones significativas para la reputación de la empresa y su cumplimiento de leyes y regulaciones.
Medida para evitarlo: Los auditores deben otorgar atención tanto a los factores cualitativos como a los cuantitativos. En el ejemplo previo, aunque la multa no tenga un carácter cuantitativamente relevante, sí lo es cualitativamente debido a su eventual impacto en la reputación corporativa.
Omisión de la revisión de la materialidad durante el proceso de auditoría
Una vez que se establece el umbral de materialidad, algunos auditores cometen el error de no reevaluarlo en el transcurso de la auditoría. Por ejemplo, si durante el proceso se descubre que la empresa ha incursionado en un nuevo mercado con riesgos más elevados, el umbral de materialidad inicial podría no ser apropiado en ese contexto.
Medida para evitarlo: Los auditores deben revisar y, si es necesario, ajustar la materialidad conforme avanza la auditoría. En el caso mencionado, el auditor debería reconsiderar el umbral de materialidad a la luz de la nueva información y modificarlo para reflejar el incremento en el nivel de riesgo.
Carencia de documentación adecuada
Un error crítico en la determinación de la materialidad es la ausencia de documentación apropiada. Por ejemplo, un auditor podría fijar un umbral de materialidad, pero no documentar cómo llegó a esa cifra ni los factores que ponderó.
Medida para evitarlo: Los auditores deben documentar minuciosamente el proceso de definición de la materialidad. Esto debería abarcar los factores considerados, las bases para las decisiones adoptadas, cualquier juicio profesional empleado y cualquier ajuste en la materialidad a lo largo de la auditoría.
La determinación de la materialidad representa un aspecto esencial y a veces complejo de la auditoría financiera. Evitar estos errores recurrentes puede asistir a los auditores en la realización de auditorías más precisas y eficaces, suministrando a los usuarios de los informes financieros datos más confiables y exactos. En última instancia, determinar la materialidad involucra un juicio que demanda una evaluación atenta de diversos factores tanto cuantitativos como cualitativos.