El papel desempeñado por los auditores es de naturaleza única y altamente compleja. En las organizaciones donde operan, los auditores deben atender a múltiples grupos de interesados y clientes, que incluyen las unidades operativas que están siendo auditadas, la junta directiva y los altos ejecutivos a quienes reportan, además de colegas, consumidores, reguladores y ciudadanos interesados en su labor. Navegar por este complejo tejido de relaciones es un desafío, pero el establecimiento de conexiones sólidas en el entorno empresarial puede no solo garantizar la supervivencia de los auditores, sino también su prosperidad.
Al igual que otros profesionales, los auditores no solo deben realizar su trabajo de manera impecable, sino también agregar valor. Esto se facilita enormemente cuando mantienen relaciones efectivas y fluidas con sus clientes. En este sentido, se espera que los auditores, al igual que sus clientes, actúen como asesores de confianza. Esta confianza se basa en relaciones sólidas y mutuamente respetuosas, que son fundamentales para construir la credibilidad y la confianza necesarias.
Sin embargo, a pesar de reconocer la importancia de las relaciones sólidas en el contexto organizativo, muchos auditores cometen errores en su enfoque. Estos errores pueden incluir el desarrollo de relaciones excesivamente amigables antes de que se justifiquen, la falta de tiempo dedicado a establecer relaciones de calidad, la sobrepasada de límites, la toma de partido y la inmersión en la política de la empresa.
La construcción de relaciones en el entorno laboral, al igual que en cualquier interacción humana, no es sencilla y requiere esfuerzo, y está llena de dificultades. Una relación sólida entre un auditor y su cliente no implica necesariamente una amistad estrecha fuera del trabajo, ni debe comprometer la objetividad. En cambio, se trata de establecer una relación empresarial que fomente un mejor entendimiento, incluso a nivel personal, y esté basada en el respeto mutuo. El objetivo de estas relaciones es facilitar futuras interacciones desde un lugar de referencia común, confianza y posiblemente objetivos compartidos, en aras del beneficio de la organización.
La comunicación efectiva es esencial para mantener relaciones sólidas en la auditoría. Algunos de los errores comunes incluyen asumir que las observaciones de auditoría son lo único o lo más importante, plantear temas delicados sin una relación previa sólida, compartir información sensible o confidencial de manera imprudente, no dedicar tiempo para desarrollar y mantener relaciones, no ser estratégico en la construcción de relaciones y no trabajar en equipo para construir relaciones sólidas.
En conclusión, la construcción de relaciones efectivas es esencial para que los auditores desempeñen su labor de manera eficaz. Al evitar errores comunes y adoptar un enfoque estratégico en la gestión de relaciones, los auditores pueden fortalecer su posición y su capacidad para agregar valor a las organizaciones que sirven.