En el mundo empresarial, la dinámica entre auditores y los líderes de unidades, departamentos y funciones sujetos a auditorías ha sido un terreno fértil para discrepancias. Esta cuestión proviene de la resistencia de los directivos a permitir la intervención externa en sus áreas, evaluando sus métodos y emitiendo recomendaciones en informes. Aunque esta mentalidad ha experimentado ajustes, aún persiste en algunas organizaciones.
Diferencias y Desafíos en la Relación Auditoría-Gerencia
La relación entre auditores y gerentes o directores de unidades, departamentos y funciones sometidas a auditorías a menudo ha sido objeto de diferencias. Esta disyuntiva surge de la reticencia de los directores a permitir la intervención de un ente ajeno en su área, evaluando sus prácticas y emitiendo recomendaciones en informes. Aunque esta perspectiva ha sido revisada, aún prevalece en algunas empresas.
Cambio de Perspectiva: Auditados como Clientes
Con el propósito de transformar esta relación, algunos líderes de auditoría están adoptando una mentalidad donde consideran a los auditados como clientes. Esta visión conlleva a que las auditorías sean valiosas para todas las partes interesadas, incluyendo a los gerentes, quienes tienen la responsabilidad de implementar las recomendaciones de auditoría. El objetivo es dotar a las áreas de auditoría con un enfoque de servicio al cliente para lograr resultados superiores tanto en las auditorías como en las unidades de negocio auditadas.
Construyendo Relaciones Sólidas
El establecimiento de relaciones sólidas entre auditores y auditados implica colaboración, comunicación, visión compartida y respeto mutuo. Estas prácticas, componentes del servicio al cliente, fomentan relaciones productivas y constructivas. Durante las auditorías, esta dinámica se traduce en mayor apertura y comunicación por parte de los auditados, facilitando la identificación y comprensión de riesgos. En contraste, un enfoque de auditoría punitivo puede inhibir la cooperación y generar omisión de problemas por temor a represalias.
Amplio Alcance del Enfoque al Cliente
La perspectiva centrada en el cliente abarca diversas acciones. En primer lugar, destaca la importancia de realizar un trabajo de calidad, basado en profesionalismo y comunicación constante. Trabajar en estrecha colaboración con los auditados durante la planificación y ejecución de las auditorías contribuye a que el proceso se desarrolle de manera fluida y resulte en mejoras concretas para la unidad auditada.
Comunicación y Educación en el Enfoque de Servicio al Cliente
La educación y la comunicación desempeñan roles críticos en este enfoque. Al educar a las partes interesadas sobre el propósito y beneficios de la auditoría, se desmitifica su función. En las reuniones de lanzamiento de auditoría, se comunica el proceso, alcance y cronograma, reduciendo inquietudes y fomentando la transparencia. La comunicación bidireccional también es esencial, permitiendo que los auditados expresen sus preocupaciones y que los auditores comprendan mejor su contexto.
Flexibilidad y Salvaguardia de la Objetividad
Un enfoque de servicio al cliente también involucra flexibilidad en la programación de auditorías, considerando las necesidades de los clientes. Sin embargo, surge el cuestionamiento de si esto comprometerá la independencia de la auditoría. Para evitarlo, los auditores deben salvaguardar su objetividad, estableciendo claramente los tipos de compromisos que asumen y evitando la ejecución de soluciones.
Beneficios y Futuro de una Relación Basada en el Servicio al Cliente
Adoptar una perspectiva de servicio al cliente en la auditoría conlleva beneficios tanto para la auditoría como para la organización. Las relaciones sólidas permiten a los auditores identificar y prevenir riesgos emergentes, contribuyendo a los objetivos organizacionales. Esta evolución en la relación entre auditores y auditados mejora la eficiencia y efectividad de las auditorías y promueve un ambiente colaborativo en beneficio mutuo.
En conclusion, en la evolución de la relación entre auditores y auditados, el enfoque hacia un servicio al cliente se erige como un paradigma prometedor. Las diferencias tradicionales entre ambas partes están siendo revaluadas en favor de una colaboración constructiva. La visión de los auditados como clientes ha impulsado un cambio fundamental en la forma en que se abordan las auditorías, con el propósito de brindar un valor agregado a todas las partes interesadas.