La administración efectiva de ingresos reales (Real Earnings Management – REM en sus siglas en inglés) tiene la capacidad de generar beneficios financieros a corto plazo, aunque existe la posibilidad de que esté encubriendo prácticas fraudulentas. Esto constituye uno de los múltiples efectos que la pandemia ha provocado, según lo exponen en un reciente artículo Robert J. Knisley, catedrático de la Universidad de Illinois, y Hui Lin, docente asistente en la Universidad de California[1]. En un entorno económico desafiante, en el cual las organizaciones se han visto impactadas en sus fuentes de ingresos y han tenido que reajustar drásticamente sus gastos planificados, estas entidades han reducido o eliminado significativamente sus costos operativos con el objetivo de minimizar las pérdidas de ingresos. La conjunción de estas circunstancias podría potencialmente propiciar el encubrimiento de información financiera engañosa. A pesar de que el fraude es infrecuente, su magnitud es considerable y su estrategia podría permanecer inadvertida durante varios años.
El manejo de beneficios reales (REM) se puede interpretar como una modalidad de fraude en los estados financieros, en la cual los gerentes de manera deliberada forjan una versión alternativa de la situación real dentro de las cuentas de la organización. A través de esta estrategia, la dirección se desvía de las prácticas comerciales convencionales para cumplir con los umbrales de ganancias a corto plazo. Esto podría dilatar la revelación de noticias desfavorables, pero a largo plazo podría desencadenar una desilusión considerable en el mercado financiero. En un contexto donde los organismos reguladores financieros están incrementando su escrutinio sobre las tácticas de manejo de beneficios empresariales, la función de auditoría puede contribuir proactivamente evaluando y supervisando las decisiones operativas para garantizar la integridad de las finanzas y una gestión efectiva de los riesgos.
El REM puede suscitar inquietudes entre los auditores en relación con las prácticas contables adoptadas por una compañía, las cuales podrían estar asociadas a riesgos legales. Existen muchas empresas que han enfrentado demandas colectivas en relación con prácticas fraudulentas que afectan el valor de sus activos, estas prácticas a menudo involucran la controvertida técnica de inflar la demanda de productos mediante la acumulación de inventario, la cual es una forma de llevar a cabo el REM.
Otras modalidades en que las organizaciones ejecutan el REM incluyen:
- Incrementar la producción para reducir los costos de venta.
- Disminuir los gastos de investigación y desarrollo.
- Reducir los gastos generales y administrativos de ventas.
- Planificar la venta de activos fijos para informar ganancias y así impulsar los resultados del período actual.
- Estimular a los clientes a adquirir excedentes de inventario con descuentos poco comunes o términos de devolución, también conocido como llenado de canales.
Los auditores deben ser conscientes de que las intenciones de los gerentes son lo que distingue las prácticas de REM legítimas de las fraudulentas. Por ejemplo, un gerente podría involucrarse deliberadamente en prácticas fraudulentas de REM para asegurarse un bono o evitar no cumplir con un objetivo de ganancias. Este comportamiento engendra una realidad distorsionada y fraudulenta mediante la manipulación deliberada de los estados financieros.
Los auditores pueden adquirir una mejor comprensión de las estrategias de REM al examinar con detalle cómo las empresas generan inventario excesivo para reducir los costos de ventas. En diversas jurisdicciones, los principios de contabilidad generalmente aceptados imponen la valoración de inventario en los informes financieros externos a través de costos de absorción. Este enfoque de cálculo de costos permite a las empresas asignar los gastos de producción totales (variables y fijos) a un producto.
Por lo tanto, los directivos tienen la flexibilidad para seleccionar una base para asignar los gastos generales al producto, basándose en la mano de obra directa, las horas de maquinaria o el volumen. En este sentido, los auditores deben estar alerta respecto al método de asignación empleado por la administración y si este podría tener implicaciones fraudulentas. Esto implica indagar al jefe de producción o al contador de costos sobre el método de asignación utilizado y su justificación, así como evaluar su coherencia.
En ciertas ocasiones, las normas contables pueden carecer de claridad. Por ejemplo, la Norma de Contabilidad Financiera Nº 151 emitida por la Junta de Normas de Contabilidad Financiera de Estados Unidos (Financial Accounting Standards Board – FASB en sus siglas en inglés) que trata sobre costos de inventario, concede cierta discreción al permitir a las empresas registrar como gasto normal la capacidad excedente en el método de costos de absorción, sin embargo, no define de manera precisa qué constituye esa capacidad excedente. Esta discreción brinda a los gerentes la posibilidad de incrementar la producción más allá de la capacidad usual de venta, con el propósito de obtener beneficios por acción, un bono anual o perspectivas mejoradas de rendimiento financiero a partir de los estados financieros.
A pesar de que los estados financieros pueden fortalecerse en el corto plazo, el exceso de inventario podría generar efectos perjudiciales a largo plazo al erosionar el valor de la compañía y su imagen de marca. Los auditores necesitan discernir si la empresa ha acumulado una cantidad sustancial de inventario que supera la producción y las ventas planificadas. Esta acumulación podría reflejarse en el balance general en la partida de inventario y en la cuenta de costos de ventas en el estado de resultados, generando señales de alerta. Además, los auditores deben investigar los gastos asociados al exceso de inventario, como costos de almacenamiento y seguros, que de otra manera no se habrían incurrido.
La auditoría representa una oportunidad propicia para analizar las decisiones comerciales de la gerencia, así como para indagar en el REM y su potencial para el fraude. Sin embargo, esta tarea no es sencilla debido a la naturaleza ambigua del REM y su capacidad para disfrazarse de decisiones operativas legítimas, especialmente en el sector manufacturero.
Los auditores pueden aprovechar su amplio acceso a los sistemas organizacionales y a diversas áreas del negocio para descubrir actividades fraudulentas de REM, tales como la sobreproducción de inventario. Estos esfuerzos pueden recibir el respaldo de tres tipos de herramientas analíticas:
- Análisis horizontal: que examina el rendimiento financiero de una partida a lo largo del tiempo.
- Análisis vertical: que compara el desempeño financiero de una partida con una referencia en un año específico.
- Análisis de ratios: que mide la relación entre las partidas de los estados financieros.
Los auditores deben combinar estas tres herramientas analíticas para detectar áreas de riesgo de fraude y posibles indicios en los estados financieros. Pueden emplear el análisis horizontal para contrastar el saldo actual de la partida de inventario con trimestres y años anteriores. Si, por ejemplo, la partida de inventario está incrementándose significativamente con el tiempo sin un aumento correspondiente en el volumen de ventas, esto podría indicar la acumulación de inventario por motivos fraudulentos.
El análisis vertical, o análisis de tamaño común, resulta especialmente útil al comparar los indicadores financieros de la organización con los de la industria o los competidores. Esto permite determinar si la partida de costo de ventas de la organización es sustancialmente menor que los indicadores comparativos de la industria o los competidores.
Por último, el análisis de ratios resulta útil para evaluar la relación entre las partidas del balance y del estado de resultados. Dos ratios relevantes son la rotación de inventario y las ventas diarias en inventario. Estos ratios pueden revelar la posible acumulación excesiva de inventario.
Además, al monitorear el presupuesto de la organización, se pueden identificar cambios significativos en las partidas vinculadas al inventario, lo que facilita la planificación de pruebas sustantivas y la revisión de los controles relacionados con la producción manufacturera, así como la evaluación del presupuesto principal y sus componentes.
Como se ha discutido, los auditores deben aplicar su escepticismo y evaluación crítica al analizar las decisiones de la gerencia y los resultados obtenidos, ya que estos factores podrían tener repercusiones a largo plazo en las organizaciones.
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